6. AMENAZAS

No existe ningún estudio que precise la incidencia relativa de los factores que amenazan a la especie; en este sentido se pronunciaba ya Fernández (1990). Ha sido muy citada la estimación de Blasco (1978) de más de 2000 camaleones muertos anualmente en la provincia de Cádiz por presión humana; sin embargo, la ausencia en su trabajo de referencias a metodología en la que pudiera basar dicha afirmación, datos de apoyo o referencia y distribución por causas de mortalidad, invalidan en buena parte esta cifra, que parece tener un carácter muy especulativo.

Sobre estos factores, ejemplificador es lo expuesto por Rubio (1994) en la memoria anual del Paraje Natural de las Marismas del Odiel (Málaga): El camaleón en esta zona está siendo objeto de un impacto brutal por distintos motivos: expolio de ejemplares (por veraneantes especialmente), carretera costera que cruza el centro de su distribución en este área, urbanizaciones, etc.

A continuación se exponen todas las amenazas constatadas o no para el camaleón, entendiendo como constatada aquella causa de mortalidad de la cual se tienen datos fiables y, a nuestro entender, constituye una amenaza para la especie; e incluimos en otras posibles causas aquellas que, sin tener datos concretos, existen indicios para que pueda influir negativamente en la especie.

Ocurre que muchas de ellas fueron señaladas en los primeros trabajos amplios, y posteriormente se repiten en la mayoría de publicaciones, aunque no se realiza, por lo general, investigación propia en este sentido, limitándose a citar siempre las mismas causas, sin apoyarse en datos concretos.

El estudio de todas las distintas causas de mortalidad no natural para los vertebrados ibéricos es motivo de un proyecto específico de la SCV; los resultados provisionales del mismo permiten señalar que algunas amenazas hasta ahora apenas consideradas, tienen una marcada relevancia. Por el momento se trabaja especialmente en atropellos en carretera, mortalidad por impacto con trenes, etc. Es de esperar que según avance el mencionado proyecto se vayan conociendo más todas las causas, con la aplicación correspondiente a la conservación del camaleón.




6.1. CAUSAS CONSTATADAS


6.1.1. ATROPELLOS EN CARRETERAS

Esta causa de mortalidad ha sido objeto de un estudio específico y especialmente intenso por el presente equipo desde hace años, por lo que se detalla en un capítulo posterior. Su conocimiento en cierta profundidad es relativamente reciente, y quizá por ello no aparece reflejado en obras de la importancia del Libro Rojo de los Vertebrados de España (Blasco y González, 1993), a pesar de ser sin duda, una de las principales amenazas del camaleón, de la que además se dispone de muchos datos comprobados.



6.1.2. INVESTIGACION CIENTIFICA

La investigación científica conlleva, generalmente, una mortalidad asociada que suele ser baja sobre las poblaciones. Esto no indica que, en ciertos casos, los investigadores directa o indirectamente influyan en su disminución, ya sea de manera justificada o no. Además, existen excepciones, donde dichas mortalidades se tornan en numerosas, por el simple hecho de simplificar métodos de estudio hechos por doctores especialistas que, de no ser así, se tornarían mas laboriosos y sacrificados. CORBETT, K. (1989), menciona este problema como importante.

Los datos disponibles son los siguientes:

Ya Benítez (1947) reconocía capturar buen número de ejemplares durante varios años, que remitía a Alemania para canjearlos por otros herpetos. Hay que sumar al hecho de la extracción de ejemplares de su medio natural, el que parte de los camaleones que mantenía en cautividad terminaban por morir.

Blasco (1978) afirma haber empleado 200 ejemplares capturados en Cádiz para experimentación, deduciéndose que estos mueren, ya que comenta que el resto de capturas (476) se soltaron marcados. Posteriormente (Blasco, 1985) habla de más de 1500 ejemplares  capturados, de los que el 15% (225) no fueron liberados; en este último trabajo afirma que son 210 los camaleones sacrificados (70 procedentes de Africa, 72 de Málaga y 68 de Cádiz. No queda, pues, claro finalmente el número real de camaleones muertos. SILVEMA (1983) afirma que gran parte de unos 300 camaleones cautivos murieron en un recinto de la universidad de Málaga, bajo la responsabilidad de este mismo investigador.

Hoy día creemos que no se dedican apenas sacrificios de ejemplares a planes de investigación; en cualquier caso esta actividad, que cuenta con los permisos pertinentes de la Administración (que será quien sepa si se siguen realizando o no) es polémica y desaconsejable.

Otro problema es, sin que se tenga que sacrificar a los animales, el manejo que de estos se hace para los estudios científicos (toma de datos biométricos, sexado, marcajes, captura-recaptura, etc.), ya que se desconoce a ciencia cierta los efectos que esto genera sobre la especie pudiendo producir lesiones físicas. En época reproductora se desconocen los cambios comportamentales de la especie que se pudieran ocasionar debidos a la situación de stress que han sido sometidos, haciendo por ejemplo que el individuo se desplace del lugar.

Un ejemplo de esto es el marcaje o anillamiento, llevado a cabo por distintos investigadores (véase bibliografía).  M. Blasco instaló anillas en las extremidades de camaleones, constatando luego el efecto negativo de las mismas instaladas en extremidades anteriores, que califica de desaconsejables (Blasco, 1985). Calificable de brutal es el caso descrito por Miguel A. Alvella, (com. pers.) quien encuentra en la zona de Isla Cristina numerosos ejemplares con la cola amputada. 

El efecto tremendamente negativo de muchos marcajes se señaló por varios ponentes en las I Jornadas Biología y Conservación del Camaleón (1995), aunque referido principalmente al realizado por aficionados y curiosos. Parece haber existido una total descoordinación a la hora de realizar marcajes entre los científicos.



6.1.3. DEPREDACION POR ANIMALES DOMESTICOS

Este hecho es  citado en Barbadillo (1987) y Cuadrado y Rodríguez (1990). En López y López (1992) se recoge una observación de un perro recogiendo un camaleón recién atropellado. En base a comentarios de la población, se puso mayor atención a la predación por gatos, comprobándose este hecho recientemente (García R., com. pers.). Además la SCV posee dos datos sobre predación de camaleón común por gato doméstico (Felis catus) en la provincia de Málaga (recogidos por SILVEMA 1993 y 1995), así como el ataque sin causar la muerte de un perro (Canis familiaris). Suponemos que, debido a los hábitos antropófilos de la especie, estos casos deben ser más generalizados.

En las I Jornadas Biología y Conservación del Camaleón (1995) se mencionó el hecho  por los participantes.

En las encuestas realizadas, sin embargo, no aparece reflejada esta causa de mortalidad, y al preguntar a los encuestados  afirman no saber si los capturan o no (aunque conversaciones en otros años, con gente de la zona de distribución, sí mencionaban el problema).



6.1.4. CAPTURAS EN CEPOS

Los cepos para captura de aves insectívoras, conocidos popularmente como costillas  o perchas se han citado por Cuadrado y Rodríguez (1990) como causa de mortalidad. Se desconoce su incidencia real.

El uso de estas trampas está muy extendido en Andalucía (Gutiérrez, 1991), hecho comprobado por miembros de la SCV. Es muy frecuente todavía en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), y probablemente en muchos otros lugares del área de distribución del camaleón.

El reclamo utilizado en las trampas es comúnmente, una hormiga alada (aluas). Datos del Zoo de Jerez, recogen la entrada en sus dependencias de un ejemplar con la lengua cortada por una costilla. Además, hay que tener en cuenta el peligro de paso directo sobre la trampa.



6.1.5. COMERCIO ILEGAL Y CAPTURAS INTENCIONADAS POR EL HOMBRE.

Este es uno de los principales problemas a que se enfrenta la especie y multitud de autores lo mencionan en sus trabajos (Cuadrado y Rodríguez, 1990; Fernández, 1986; Rubio, 1994 ).

La captura de camaleones tiene muchos orígenes: la curiosidad, el proteccionismo mal entendido, es decir, la opinión de que es necesario trasladarlos a sitios más adecuados, el comercio, etc.

Desde siempre, según se recoge en las encuestas, los niños capturan camaleones como objeto de diversión, pues el comportamiento de esta especie, fácilmente capturable, le convierte en una presa fácil para los niños. Es por ejemplo, una costumbre muy extendida hacerles fumar, poniéndoles un cigarro encendido en la boca.

Fernández (1986) afirma que los niños han causado muchos estragos en sus juegos con el camaleón, a causa de su exotismo y carácter inofensivo. Este autor señala también como amenazas la caza y superstición (debida a una supuesta mala suerte asociada al animal), si bien este último hecho no ha sido comprobado en el presente trabajo.





A pesar de la mayor concienciación conservacionista actual de la población hacia los camaleones, muchos de ellos acaban muriendo a manos de los chavales, o bien se sueltan finalmente al lado de las casas, en árboles conocidos donde estarán expuestos a muchos peligros.

Tanto las encuestas, como comentarios de miembros  de la SCV naturales del área de distribución de la especie corroboran como práctica, más o menos habitual, la muerte de camaleones por niños en Cádiz, debiendo ser la situación similar en otros muchos puntos de su área de distribución.

Algunos encuestados locales, que suelen tener una edad comprendida entre los 25-30 años, de tesituras más conservacionistas, han reconocido que los camaleones se siguen matando (en un caso, cita también la caza con perdigones) por niños actualmente.

Todo esto hace pensar que la situación no difiere demasiado de la descrita hace años, al menos en áreas rurales y cierto sector de la población con escasa cultura conservacionista.

De datos antiguos y actuales se desprende, lógicamente, que no todos los niños participan en la mortalidad de camaleones. Hay solo datos de varones, y algunos acumulan por si solos una mortalidad muy superior a la media.

Por contra, todos los adultos encuestados dedicados a la agricultura afirman respetar a la especie, que consideran buenos para la agricultura; buenos, comen bichos; no malos como bichas (culebras en Cádiz) o largas (culebras en Málaga). Otras personas más desligadas del campo, no tienen una opinión formada sobre el carácter (bueno/malo) del animal.

Nos ha parecido curioso el que exista una convicción generalizada de que los camaleones rehuyen el color rojo, e incluso en ciertas zonas (Cádiz y Huelva) se dice que mueren o explotan al ponerlos sobre este color. Comprobaciones con ejemplares no aportaron datos significativos a este respecto.

Sin embargo, existe una observación importante por un naturalista de confianza, que vio como un camaleón cautivo se depositaba sobre coches, y al ponerlo sobre uno rojo el animal tembló y murió rápidamente (J. Marchamalo, com. pers.). Probablemente influyó una mala condición física del camaleón (cautivo en Madrid), pero quizá exista algún fundamento a esta extendida tradición (stress). Hay quien ha sugerido que de ser cierto podrían pintarse los arcenes de las carreteras de rojo y así evitar que el camaleón cruce las carreteras.

Las personas que habitan en ciudades o grandes poblaciones de la zona y que no suelen ver camaleones (en este grupo se incluyen turistas procedentes principalmente de Sevilla, Madrid, y otros muchos lugares) los capturan en la mayoría de casos cuando los ven, bien llevándolos a la policía, Guardia Civil u otros organismos, o a su casa en el peor de los casos (Fernández, 1986; Cuadrado y Rodríguez, 1990), esta actitud ha sido comprobada por el presente equipo, al recibir gran número de cartas de particulares y organizaciones ecologistas, comentándonos las capturas por parte de los turistas (Cataluña, Madrid, Murcia) que nos hacen calificar de alarmante este hecho.

Paradójicamente, al recoger los camaleones de su sitio de residencia habitual para llevarlo a un organismo público, los autores de la captura creen actuar correctamente y hacer un bien a la especie (el Zoo de Jerez contabilizó entre 1988 y 1995, 551 ejemplares recogidos por extracción de su hábitat). Muchos opinan que el sitio idóneo son los pinares y bosques, y en ocasiones, los de otras localidades donde saben que hay muchos. A veces, por contra, los llevan a su residencia o jardín, donde dicen que están más protegidos. Cuadrado y Rodríguez (1990) definen como masivas las capturas por la población en general. Según nuestros datos, y los resultados de las encuestas, los casos son numerosísimos. Hay varios casos incluso de puestas recogidas en jardines particulares y llevadas a la policía y grupo ecologista local para que las proteja; las puestas, evidentemente se perdieron en todos los casos.

Es muy conocida por la población la captura de camaleones por reclutas en zonas militares, en la provincia de Cádiz. También a los militares de la Base Naval de Rota se les ha acusado, a menudo, de este contrabando de camaleones. M. Cuadrado (com pers.) descarta, en base a sus datos, este hecho en el observatorio de San Fernando (Cádiz), zona militar igualmente. En este caso, los responsables militares de la zona mantienen una postura conservacionista hacia la especie.

SILVEMA afirma haber recibido denuncias de personas que han visto ejemplares de camaleon en diferentes comercios para la atracción de clientes. Es el caso de una pescadería (La Cala del Moral) y una fruteria (El Rincón de la Victoria). En nuestro trabajo de campo encontramos un bar en Viñuelas donde habían tenido un ejemplar durante muchos años en semicautividad por el techo del establecimiento.

Muchos de los camaleones en posesión de militares son adquiridos en Melilla; y parte de los camaleones, que estos reclutas traen a la Península luego son vendidos. Esto no debe considerarse estrictamente comercio, aunque puede haber casos mas organizados que desconocemos.

Respecto al comercio actual no se han obtenido datos claros en este trabajo. Algunos paisanos reaccionaron al interés de los encuestadores por la especie, preguntándoles si estaban interesados en la compra de ejemplares, en una postura de tanteo hacia el encuestador.

Si ha quedado claro, por coincidencia entre varias encuestas de la provincia de Málaga, que hace años hubo gente de la universidad pagando por los ejemplares que se les entregasen.

En otras ocasiones, afirman haber oído que el alcalde de la localidad de Arenas (Málaga) pagaba por los camaleones (¿1000 pts.?). Sin entrar en juicios, el alcalde de esta localidad tiene una actitud conservacionista ante la especie (premio municipal Camaleón de Plata, señales de tráfico).

En tiempos se vendían animales en mercados de Sevilla y Chipiona, entre otros, existiendo, al parecer hasta los años 80 una comercialización organizada (Fernández, 1986). Casos aislados de comercio se siguen produciendo sin duda. Comprobado un caso de empleado de una tienda de repuestos de Torre del Mar (Málaga) que vendió recientemente por 2000 pts un ejemplar a un madrileño (otro lo tenía en casa) y otro caso similar en la misma población donde un abuelo compró a su nieto un ejemplar como regalo de cumpleaños en el verano de 1994. Se preguntó por la posibilidad de adquirir camaleones, citando a un hipotético amigo que lo hizo, en dos tiendas de animales de la costa de Málaga, sin éxito. En el Algarve se poseen datos de particulares que los vendían al precio de 100 escudos.

Por otro lado se encuentran las capturas organizadas en Marruecos de cara a conseguir lotes de ejemplares que se destinan al comercio. Algunos de estos (en ocasiones centenares) han sido decomisados en la Península.

Sin calificarlo de capturas organizadas pero no por ello menos preocupante, se tiene constancia de la venta de camaleones a turistas en Túnez.

Fernández (1990) cita una disminución en las capturas, pero menciona que estas siguen sucediendo con cierta frecuencia, incluso ante la presencia de policías ignorantes de la legislación. Podríamos señalar que la falta de actuaciones de policía y parte de la guardería, sobre todo de estos últimos, no son debidas a ignorancia sino a evitar enfrentamientos o problemas con la población.



6.1.6. INTRODUCCIONES Y REINTRODUCCIONES NO COORDINADAS

Fruto del punto anterior, las capturas indiscriminadas generan el problema de numerosos camaleones que son entregados a la policía, organismos públicos de protección de la naturaleza, asociaciones ecologistas y centros de recuperación de fauna, de los que muchas veces se desconoce el origen de los ejemplares. Estos se sueltan posteriormente en muy diversos puntos, sin existir una coordinación en este sentido, la cual se ha solicitado y es de desear.

Particulares y asociaciones cuentan en su haber con sueltas de números variables de camaleones y trasvases de ejemplares de un sitio a otro. Los datos recopilados hacen imposible ya destacar tendencias direccionales en sueltas de ejemplares, siendo un caos los cruces e intercambios de las rutas de sueltas. Hay casos curiosos como su introducción en campings como reclamo turístico encubierto, en el que incluso campistas los sacaban del mismo con la intención de que no fuesen capturados o atropellados dentro del mismo.


SILVEMA , como Asociación Ecologista representativa de la zona recibe muchos cantidad de ejemplares encontrados en todo la geografía española. Sus datos son: 16 ejemplares en 1992, 22 en 1993, 27 en 1994, 48 en 1995 y 02 hasta Febrero de 1996. De la totalidad de los ejemplares recogidos (115), 95 no presentaban a primera vista ningún problema, 3 tenian quemaduras en diferentes partes del cuerpo, 4 presentaban extrema inanición y 13 se encontraban en hibernación.

El Centro de Recuperación de Rapaces Nocturnas BRINZAL, comunicó a este equipo siete ingresos de camaleones en sus instalaciones de Madrid. Dos ejemplares fueron comprados en un mercado de Marruecos en agosto de 1995; otro capturado como mascota en Cádiz y llevado a Madrid; un cuarto ejemplar se recogió herido en una localidad del extrarradio de Madrid. Al menos tres de ellos mueren posteriormente.

Por otro lado, algunos de los turistas que llevan camaleones a su casa, optan por abandonarlos, de ahí que se posean numerosas citas de camaleones recogidos en libertad a lo largo y ancho de la provincia de Huelva y en puntos de las provincias de Badajoz, Madrid, Castellón, Murcia, Sevilla, Toledo, Avila, (López y López, 1992; presente equipo).

Sueltas de reforzamiento han sido realizadas con criterios y planificación poco desarrollados. Es el ejemplo de los 60 ejemplares reproductores capturados en Puerto de Santa María (Cádiz) y soltados en Isla Cristina (Huelva) por M. Blasco (Blasco et al, 1985).

Numerosas introducciones se han realizado en los últimos treinta años con camaleones, en sitios donde no existían. M. Blasco (véanse sus trabajos en bibliografía) es el autor material de varias de ellas. El estado actual conocido de las distintas poblaciones se detalló en el capítulo de distribución donde se puede ver que varias de estas introducciones parece que no prosperaron. Alguna de ellas, que Blasco (1978) califica de experimentación se realizaron en zonas de sabina mora (Juniperus phoenicea) en Almería. De hecho, se insiste en la suelta de ejemplares en hábitats no idóneos para la especie (ejemplo: pinares densos de la Algaida, Sanlúcar y de Barbate) donde las sueltas de camaleones no prosperaron (Anonimo, 1992; datos de este trabajo)

Un caso comprobado es la afición de algunas personas a tener camaleones en su jardín, hay casos en los cuales estas situaciones crean autenticas reservas, donde parecen reproducirse. Un uso más interesado es la suelta de camaleones en las vides de las casas, para que estos se coman a las avispas que acuden a las uvas; esta costumbre popular ya fue citada por Blasco et al. (1985).

El posible problema que supondría la presencia de ejemplares marroquíes, si estos fuesen diferentes genéticamente (de hecho parece que tienen conductas de selección de hábitat diferentes, aunque se adaptan a la alimentación en la Península, según Blasco, 1985), sería ya un hecho, dado que ya se han soltado ejemplares de esta procedencia (en número totalmente indeterminado). Un estudio genético en este sentido está previsto en el Proyecto de Plan de Recuperación para la especie.



6.1.7. INSECTICIDAS. PLAGUICIDAS

Blasco et al. (1985) los consideran un factor limitante de la especie, sobre todo en el cinturón costero (urbanizaciones). Se ha dicho que estos productos químicos afectan a los camaleones de forma directa, a sus puestas (insecticidas inyectados en el suelo) y a su fuente de alimentación, los insectos (Fernández, 1986). Cuadrado y Rodríguez (1990) hablan de una utilización creciente de estos compuestos. En este trabajo se ha constatado un uso indiscriminado de pesticidas, sobre todo dentro de pueblos, urbanizaciones, jardines, tomateras e invernaderos, siendo común en varias zonas concretas del área de distribución de la especie.

Hay que decir que, sin embargo, en amplias zonas donde habita el camaleón (retamares, bosques,..) no se hace uso alguno de estos productos.

Es una opinión muy común entre los agricultores de casi todo el área de distribución de la especie, que los insecticidas son la principal amenaza para los camaleones. Una idea tan firmemente asentada debe tener un fundamento real: parte de estos agricultores afirman que también son nocivos para las pequeñas aves, basándose en su experiencia, ya que ocasionalmente ven, tras fumigaciones, aves muertas. Este hecho ha sido ya reconocido y denunciado desde círculos conservacionistas. En cuanto a resaltar en que casos el camaleón se ve más afectado, muchos encuestados resaltan lo nocivo de los tratamientos de viñedos, donde la especie tiene presencia esporádica.

Sin embargo aún no hay datos claros sobre muertes debidas a los insecticidas, posibles efectos negativos en su reproducción u otros impactos. Se ha hablado a menudo de que, cuando menos, deben afectarle por la desaparición de parte de sus recursos alimentarios; pero es necesaria una investigación en profundidad.

Se han denunciado en ocasiones tratamientos químicos muy impactantes en el interior de algunas zonas militares (eliminación de mosquitos, etc.), no habiendo podido ampliar este punto. En el presente trabajo se localizaron algunos envases de lindano en los bordes de la valla de la Base Naval de Rota (Cádiz), donde existen poblaciones de camaleón.



6.1.8. TRANSFORMACIONES DEL HABITAT

Esta es una de las amenazas principales para muchas especies de vertebrados. El camaleón es una especie que no exige en la Península Ibérica hábitats con características muy definidas, sino que se adapta a muchos tipos de medios humanizados (desde retamares y pinares a setos, jardines o cultivos, por ejemplo), demostrando una alta plasticidad ecológica pero sin embargo gran dificultad para adaptarse a los cambios del medio (Blasco et al., 1985). Parece que las transformaciones o alteraciones en su hábitat, si son rápidas en el tiempo, pueden llegar a afectarle seriamente.

En el área que ocupa se dan en efecto grandes transformaciones del medio, en concreto en la franja litoral, donde a menudo se elimina gran parte de la vegetación original que se sustituye por edificaciones. Esta afirmación ha sido comprobada en nuestro trabajo durante 1995 como una de las amenazas más importantes que sufre la especie.

A continuación se exponen en profundidad, las transformaciones del hábitat que pueden ser más nocivas para los camaleones; los incendios se tratan en otro apartado.

- Urbanización: En ocasiones se ha hablado de la humanización del hábitat como amenaza para la especie; esta aseveración puede llevar a engaños, ya que el camaleón es una especie antropófila, que habita en las cercanías de asentamientos humanos y no en bosques o áreas poco degradadas, como suele ocurrir en especies de vertebrados amenazados. Por ello es importante señalar que hay algunas poblaciones en urbanizaciones rodeadas de campo que pueden sobrevivir, si la cobertura vegetal (árboles, trepadoras, setos) y distancia entre casas sea la suficiente, permitiendo que haya campo alrededor y puedan comunicarse entre distintas poblaciones.

Hecha esta puntualización y aunque no existen aún estudios sobre los requerimientos mínimos de hábitat para la especie, es evidente que en grandes urbanizaciones, en las que se eliminan los descampados, sustituyéndolos por césped y aceras, no sobreviven, siendo ocasionales los ejemplares que en ellas se capturan y que corresponden a camaleones divagantes que se introducen en estas zonas.

Este grave hecho es muy frecuente en el litoral, sobre todo, según se ha constatado en este trabajo, entre 1991 y 1995, debido a los muchos cambios urbanísticos, obras públicas nuevas, etc.

De este modo, se han concretado y realizado ya en los últimos años grandes proyectos urbanísticos, en buena parte de la zona costera (obras en la Playa de la Ballena, en la Laguna (Chipiona), en la Barrosa (Chiclana), Sanlúcar, Torrox, Lepe, etc.

Así, las actuaciones urbanísticas han sido unánimemente citadas como severa amenaza para los camaleones (Blasco, 1978; Blasco y González, 1992; Societas Europaea Herpetologica, 1990; Rubio, 1994).

Cuadrado y Rodríguez (1990) critican el crecimiento incontrolado de los núcleos de población e incesantes actividades urbanísticas.

Los movimientos y allanamientos de tierras en estas obras, pueden causar incluso pérdida de puestas (Fernández, 1990).

En otro orden de cosas, los vertederos, basureros y escombreras que se acumulan en las zonas limítrofes no urbanizadas que ocupa la especie (retamares, eriales), también afectan seriamente a la especie.   

- Obras públicas: Estas llevan siempre añadida la alteración del hábitat, hecho muy recogido en bibliografía técnica. Santo-Rosa (1985) ya denunciaba el impacto sobre el camaleón de la apertura de carriles en Huelva. En los últimos cuatro años se ha procedido al asfaltado de muchísimas pistas; pero la parte de carreteras se analiza en el apartado de efecto barrera, en el de atropellos y en medidas de conservación propuestas. Los estudios de impacto ambiental deberán contemplar con rigor la presencia de esta especie y valorar los mejores trazados y evitar obras en zonas de puesta y épocas reproductoras si no es posible evitar la alteración del hábitat.

No se tienen datos claros de las actuaciones que conllevaría el Plan Intermodal diseñado para la bahía de Cádiz (Junta de Andalucía, MOPTMA), pero se espera siga un modelo de actuaciones más planificado y respetuoso que el que supuso la creación de Puerto Sherry (Puerto de Santa María), cuyas obras se iniciaron en 1982, con enorme impacto y fuerte oposición ciudadana, y que al parecer atraviesa una mala situación económica actual.



6.1.9. LABORES AGRICOLAS Y USOS DE LA VEGETACION

No se tratan aquí los pesticidas, ya comentados anteriormente. Entre los usos agrícolas que se han constatado como nocivos para los camaleones destacan:

- Labrado y cavado de la tierra: Varios de los agricultores encuestados han asegurado haber desenterrado (cavado manual con azada) puestas de camaleones o, en otros casos, multitud de camaleones de muy pequeño tamaño (todos los datos se refieren a viñedos). Probablemente las puestas desenterradas pasen más desapercibidas que pequeños camaleones moviéndose, de ahí que el número de casos en que se citan pequeños camaleones sea similar (a pesar de la menos probable coincidencia en el tiempo del cavado con la eclosión).

Mucho mayor debe ser el número de puestas perdidas total o parcialmente en los arados con maquinaria. Estragos causados por esta actividad han sido comprobados por Tajuelo (1993) entre aves nidificantes. Es cierto que estos terrenos agrícolas, aunque estén en el interior del área de distribución de la especie, no son adecuadas para ser ocupadas permanentemente por camaleones pero si pueden albergar puestas (faltan estudios en este sentido), sobre todo en el borde de los campos, en la base de la vegetación.

En el período de estudio se han constatado arados en septiembre, en pequeñas parcelas del término municipal de Rota y otras localidades de la provincia de Cádiz.

-Vareo del olivo: El vareo realizado para la recogida de la aceituna afecta a los camaleones, que ocupan olivares en amplías zonas de la provincia de Málaga, invernando frecuentemente en estos árboles. Según varios agricultores encuestados (términos de Periana, Viñuela y Arenas) los camaleones caen al suelo al varear; algunos de ellos afirman que estos camaleones mueren (se recogió un testimonio de unos cincuenta ejemplares muertos en esta actividad en 1994 en Periana), o sólo parte de ellos mueren, según otros, si se les dan golpes en el proceso de vareado. Una persona manifestó "que tenemos cuidado", en previsión de la presencia de camaleones, pero "se matan algunos". Se considera debe investigarse más en profundidad este aspecto.

- Quemas controladas: Se comentan en el apartado de incendios. A pesar de que se ha señalado (J. Mellado, I Jornadas Biología y Conservación del Camaleón) que estas quemas serían un uso tradicional y por tanto no afectarían de manera importante, varias actividades tradicionales se han revelado como altamente nocivas para ciertas especies, y creemos deben controlarse.

Los cambios de cultivos tradicionales a cultivos intensivos se han citado como amenaza por varios autores (Cuadrado y Rodríguez, 1990, por ejemplo) y los desbroces de matorral por Santo-Rosa (1985) aunque respecto a este último punto, el desbroce de muchos pinares puede ser necesario para evitar incendios cuyas consecuencias serían más devastadoras.

Otros usos que pueden ser nocivos son la recogida de cañas (Arundo donax), que tiene tanto en Cádiz como en Málaga multitud de usos, desde la construcción de techados o vallas a soporte de tomateras y otros cultivos. Se han comprobado recogidas masivas en ciertas áreas donde son abundantes los camaleones, que parecen utilizar los cañaverales en ocasiones como refugio, especialmente en bordes de cultivos y en playas deforestadas de Málaga.

También se recogen ciertas plantas herbáceas, de porte mediano, para limpiado de higos chumbos y otros usos. En el corte de hinojos y alguno de los vegetales citados se emplean hoces, pero el mayor impacto de esta actividad debe ser las  molestias y capturas ocasionales de camaleones.

Otras actividades nocivas serían los cortes de vegetación de laterales y cunetas (comprobados en este trabajo) de carreteras, corte de retamas para fuegos y barbacoas, corte de trepadoras y setos, podas por jardineros, etc.



6.1.10. INCENDIOS

Los incendios han sido citados por varios autores como amenaza (Santo-Rosa, 1985; Cuadrado y Rodríguez, 1990).

Causan no solo una perdida directa del hábitat, sino también una elevada mortalidad de los vertebrados que no pueden huir del fuego (por ejemplo, tortugas terrestres, lacértidos, etc). Hay casos comprobados de muertes de camaleones por el fuego (J. Mellado, I Jornadas Biología y Conservación del Camaleón; equipo realizador del presente trabajo).

          Alguno de estos incendios se producen intencionadamente en el desarrollo de las actividades agrícolas, entre ellos muchos de los que se dan en retamares y eriales. Otros incendios se producen en la vegetación arbustiva de las cercanías de vertederos y basureros. Hay incluso casos de cunetas de carreteras invadidas por la basura, y quemadas intencionadamente en agosto, época en que numerosos camaleones deambulaban por las mismas solo unos días antes, según se comprobó.

Otros incendios constatados tienen su origen también en las carreteras, asolando laderas cercanas, producidos sobre todo por la dejadez en conductores que arrojan cigarros encendidos a las cunetas y carreteras, este hecho es abundante en el período estival.

Cabe decir, por último, que las retamares rebrotan con rapidez tras los incendios.



6.1.11. EFECTO BARRERA

Tampoco es claramente conocido el efecto negativo que genéticamente puede tener un aislamiento de las poblaciones de camaleón entre si, aunque numerosísimos estudios advierten del impacto del efecto barrera sobre vertebrados y la posible degeneración posterior de sus poblaciones por endogamia.

En el capítulo de distribución se ha señalado ya la disgregación en pequeños núcleos de su área de distribución. Esto es debido en parte a la presión humana; el hombre crea con su actividad zonas impermeables al paso de camaleones (o muy poco permeables, caso de ciertas carreteras donde solo algunos ejemplares logran atravesarlas).

Las barreras naturales determinan ya en parte la distribución del camaleón (ríos y marismas en Cádiz y Huelva; montañas en Málaga).

Las barreras artificiales son: Areas deforestadas por el hombre, acequias y canalizaciones, urbanizaciones densas de cierta extensión, monocultivos de gran extensión, que no alternen con otros usos del suelo (cereales, girasol, viñedos, fresas, invernaderos), salinas, vías de tren y carreteras, especialmente las de más tráfico.

Las carreteras con varios carriles y tráfico denso (autovías y autopista de peaje en el área considerada) prácticamente hacen imposible el cruce eficaz de camaleones. También formarán  una barrera infranqueable las que poseyeran mediana separadora de carriles.

Parece importante también, según se recoge más detalladamente en SCV (1995 b) el efecto barrera producido por los railes de las líneas de ferrocarril. Hay una observación directa de un camaleón en libertad intentando y no consiguiendo cruzar un rail. En posterior experimentación en semilibertad se ha comprobado que no pueden franquear estas estructuras, al no poder encaramarse a ellas.



6.1.12. AHOGAMIENTOS EN CANALIZACIONES Y POZOS

Solo se ha conseguido una observación de algunos ejemplares ahogados en una piscina de Pto. Sta. María en Cádiz (G. Hurtado, com. pers.), si bien han sido varios los comentarios de caídos a piscinas, pero al parecer se defienden muy bien nadando, saliendo si existe una rampa. Además se revisaron algunos depósitos de agua, pozos secos y desagües de carretera, sin resultado. Deben ser más los casos pero no se pudieron realizar todas las prospecciones previstas, además varias se llevaron a cabo en el mes de julio (agosto debe ser el de mayor incidencia, dado el comportamiento errático por el suelo de la especie). 

Distintos trabajos (Ramos, 1992; Bol. SCV, nº 1, 2 y 3) demuestran, en ocasiones, la elevada mortalidad de vertebrados (entre ellos reptiles) que se dan en estas estructuras, cuando los bordes de las mismas no permiten la salida de animales, este no es el caso de los pozos (toyos) excavados en los navazos de Cádiz, pero si debe ser el de canales de riego de zona de Trapiche (Málaga) por ejemplo.



6.2. OTRAS POSIBLES CAUSAS


6.2.1. MOLESTIAS POR AFICIONADOS A LA NATURALEZA

No encontramos datos sobre el efecto de molestias sobre la especie (alimentación, reproducción, etc). Es probable que molestias durante la puesta puedan acarrear consecuencias negativas.

Señalar la creciente tendencia a una afición por la naturaleza mal entendida y vendida por los medios de comunicación masivos; el camaleón se ha usado así como reclamo por muchas rutas verdes, haciendo los autores un escaso favor a la especie, puesto que dan la localización con exactitud de las poblaciones.

 

Durante este trabajo se localizó a varias personas de Barcelona merodeando por un retamar muy interesadas en buscarlos, y se supo de un anuncio en la prensa estatal que ofertaba viajes para ver camaleones.  Probablemente ciertos fotógrafos puedan provocar aquí puntualmente, con su actividad, molestias a la especie.



6.2.2. PISADOS POR EL GANADO

Esta causa de mortalidad es aún muy desconocida en nuestro país, habiendo sido más investigada en otros lugares de Europa (SCV, 1994).

Las zonas que habita el camaleón no soportan una ganadería excesivamente abundante; en algunos casos se ha comprobado la presencia de ganado ovino y caprino. La incidencia debe ser muy esporádica, siendo quizá más importantes las molestias y pisoteos en el momento de la puesta. En algunos lugares con presencia de camaleón se comprobó el paso frecuente de caballos, es el caso del inicio de la carretera Puerto de Santa María-Rota, con paso de jinetes siguiendo arcenes de la carretera en época de más cruce de camaleones.

En conclusión, señalar que todas las amenazas o causas de mortalidad no natural apuntadas pueden tener su importancia relativa y pueden variar localmente. Estas no se podrán determinar hasta que no se realice un estudio en profundidad con conclusiones globales y para cada localidad. Dicho de otro modo, no se debe descartar ninguna como no importante. Un posible Plan de Recuperación del Camaleón debería apoyarse en las conclusiones del citado estudio, y no en hipótesis.


 

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