CENSO DE LAS COLONIAS NIDIFICANTES DE CANASTERA (Glareola pratincola) EN LA ZONA DE LA MANCHA. 1997.

  

Sociedad para la Conservación de los Vertebrados (SCV)

 

INTRODUCCIÓN

La canastera, es un ave que se considera comúnmente ligada en la época reproductora a hábitats que podríamos denominar húmedos o tipo marisma, pero asociada a ambientes como son barbechos o cultivos en activo, que tiene aparentemente como único nexo de unión con los anteriores, la relativa proximidad a cauces fluviales.

Si bien numerosos autores advierten de la notable disminución de los efectivos poblacionales en la últimas décadas (Cramp y Simmons, 1983), se podría afirmar que la Península Ibérica es el principal centro de reproducción del Paleártico suroccidental de canasteras; albergando un núcleo muy importante de colonias la zona de La Mancha.

Motivados por este alarmante declive sufrido por la especie, la encontramos amparada, según la legislación vigente, en diversos convenios internacionales, leyes y reales decretos.

Aparece clasificada como taxón de interés especial en el catálogo de especies amenazadas (Real Decreto 439/90); incluida en el anexo I de la directiva 79/409/CEE y ampliada por la directiva 91/294/CEE, el cual determina los taxones objeto de medidas de conservación de su hábitat; así mismo la canastera aparece reflejada en el anexo II de los convenios de Berna y Bonn, donde la consideran como estríctamente protegida, tratando los países miembros de concluir acuerdos en beneficio de la especie. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la considera como vulnerable.

Estimaciones acerca de su población (según la escasa bibliografía acerca de la especie), las encontramos en Martínez Vilalta (1991). Este autor arroja una cifra entorno a las 3.761-3.815 parejas reproductoras, distribuidas en cinco núcleos, Cataluña, Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Andalucía. Se desconocen datos para el contingente reproductor de Portugal. Otros trabajos regionales recogen algunos comentarios sobre la especie, caso de De Lope (1983), Sánchez et al. (1993) o Calvo et al. (1993).

Entre las áreas importantes para las aves propuestas por SEO (De Juana, 1990), está el complejo lagunar Manjavacas-Pedro Muñoz con más de 25 parejas y el de Alcázar de San Juan-Quero con más de 25 parejas.  

 

Foto: F. J. Tajuelo

 

Varios autores (Rufino, 1989; Martínez Vilalta, 1991.; Calvo, 1993, 1994) constatan una acusada fluctuación de las poblaciones nidificantes según los años, hecho quizá asociado a la pérdida de hábitats adecuados para la nidificación, así mismo resultan interesantes los datos de Calvo (1993), que cita entorno a 4.000-4.369 las parejas que nidificaron en las marismas del Guadalquivir en 1990.

Según el censo nacional realizado en 1989 (Martínez Vilalta, 1991) el número de parejas reproductoras censadas en Castilla-La Mancha, asciende a un total de 92 parejas, cuya distribución por provincias sería la siguiente: Toledo con 75 parejas, seguido por Ciudad Real con 14 y por último Cuenca con 2 parejas.

Este autor advierte de la dificultad que entraña la localización de las colonias, que cita como a veces alejadas del agua. La totalidad de las colonias que localiza en Castilla-La Mancha están asociadas a zonas encharcadas o lagunas, no citando las colonias asociadas a ríos, por lo que la población nidificante de 1989 está muy infravalorada casi con seguridad. Así lo confirma el seguimiento y los estudios sobre esta especie que se vienen realizando por miembros de este equipo desde 1989, no apareciendo en el censo anterior las citadas colonias (Tajuelo, 1995).

Dols y Martínez (1987) hacen una propuesta interesante de censo estatal si bien no fue realizado.

Con este estudio, se pretende aportar información sobre los efectivos poblacionales de la especie en la Mancha; también se aportan datos sobre el tipo de hábitat seleccionado y algunos factores que determinan el estado de conservación de estas poblaciones, siendo este último aspecto básico de cara a la elaboración de planes de actuación, encaminados a preservar o aumentar el tamaño poblacional de la especie.

 

ÁREA DE ESTUDIO

La unidad geográfica denominada La Mancha comprende parte de cuatro de las provincias de Castilla-La Mancha: Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete.

La Mancha pertenece al piso bioclimático mesomediterráneo con un ombroclima seco (Peinado Lorca y Rivas-Martínez, 1987). En el que la media anual de precipitaciones se encuentra entre 400-500 mm con acusada sequía estival; y la temperatura media anual está entre 14-15º C, con heladas que pueden prolongarse hasta bien entrada la primavera.

La zona presenta un rango de altitudes desde los 550 hasta los 700m. El sistema hidrográfico está constituido por las cuencas del río Tajo y Guadiana, del cual son afluentes el Cigüela, Záncara, Riansares y Jabalón. Así mismo La Mancha alberga un gran número de masas de aguas continentales, formando este conjunto de lagunas lo que se conoce como la zona húmeda manchega o La Mancha húmeda.

La abundancia de pequeñas lagunas y otros encharcamientos son debidos a la falta de relieve en la zona que hacen que los ríos, al no existir pendiente junto con el hecho de estar próximo a la superficial el nivel freático, no siguen cauces fijos, extendiéndose por amplias zonas del terreno, formando en algunas zonas encharcamientos denominados tablas.

Dentro del conjunto de lagunas y tablas se diferencian dos tipos de lagunas de carácter estacional, que generalmente suelen ser muy saladas, careciendo de vegetación dulceacuícola, son así mismo de poca profundidad y tienden a secarse en la época estival; y las denominadas tablas, formadas por el desbordamiento de diversos cauces fluviales de aguas salobres, y sí albergan vegetación palustre.

Las condiciones anteriormente expuestas, unidas al alto grado de alteración del paisaje por parte del hombre (cultivo de regadío y secano, pastoreo, etc.) conforman un paisaje altamente degradado de llanuras estepizadas (Peinado Lorca y Rivas-Martínez, 1987).

 

METODOLOGÍA

El trabajo de campo se realizó en 1997, básicamente durante los meses de mayo y junio, breve período de tiempo en el que las canasteras se encuentran en el punto álgido de la reproducción y se hace relativamente fácil su detección. Se seleccionaron únicamente estos dos meses en las tareas de localización de las colonias. El motivo es que las aves procedentes del continente africano, arriban a la Península Ibérica a mediados de abril, y paulativamente se van asentando en los terrenos donde posteriormente se formará la colonia.

Por ello no es recomendable efectuar el censado de las colonias en períodos excesivamente tempranos del ciclo reproductor, ya que es muy posible que se subestima la cifra total; tampoco se recomienda retrasarse demasiado en el censo, debido a que los individuos que realizan la cría abandonan la zona. También es relativamente fácil contabilizar aves inmaduras como adultos reproductores.

Para la localización de las colonias se procedió a la prospección de las áreas consideradas favorables para el asentamiento de las canasteras, en base a la propia experiencia de años anteriores, siendo éstas: zonas llanas y poco o nada montañosas, con escasa o nula cobertura arbórea y asociadas a cursos fluviales, lagunas estacionales, lagunas con aportes de aguas procedentes de ríos o aguas residuales, embalses, campos de labor, barbechos, cultivos de regadío, etc.

 

 

Mapa 1. Área muestreada favorable para el asentamiento de canastera.

 

A inicios de 1997 se publicó una petición de colaboración en la revista Quercus solicitando datos de canastera (ver anexo II); en abril y mayo se difundió un llamamiento en forma de circulares y contactos telefónicos entre asociados de la SCV.

Se contó con la ayuda de naturalistas locales en la realización de muestreos en Toledo, Cuenca y Ciudad Real. Así mismo se tuvieron en cuenta las aportaciones bibliográficas realizadas por diversos ornitólogos (referentes a canasteras en la Mancha).

Las tareas de localización de colonias fueron llevadas a cabo por grupos de dos a cuatro observadores, lo que permitió una mayor zona de muestreo en un corto período de tiempo.

Se ensayaron varias técnicas de localización, consistentes en la espera en enclaves elevados (con un amplio campo visual) donde se realizan observaciones previas con telescopio y prismáticos de la zona. Estos puntos de observación no fueron prolongados más de dos horas.

También se realizaron muestreos a pie, en bicicleta, y en coche, no superando en este último caso una velocidad superior a 30 km/h. Sánchez et al. (1993) localizan colonias en la cuenca media del Guadiana mediante vuelos (no especifican si en avioneta o helicóptero). Este método puede ser origen de molestias relevantes para las aves.

El censado de las aves que componen una colonia de canasteras, se elaboró utilizando diversos métodos. Destacar la dificultad que entraña el recuento de todos los ejemplares que componen la colonia: el colorido de su plumaje las hace mimetizarse con la tierra en la que permanecen echadas. Para ello se ideó un método ya descrito por otros autores (Hanssen, 1982; Dolz, 1989) que consiste en el adentramiento a la colonia de un observador que ahuyenta a su paso a las aves, (extremando al máximo el cuidado para no pisar nidadas con huevos o pollos) mientras fuera de la colonia se sitúan los demás observadores. Hemos considerado que un mínimo de tres observadores experimentados es el ideal; uno de ellos realiza el recuento de las aves posadas, otro las aves en vuelo y un tercero se encarga de las anotaciones de todos los conteos. Estos se realizan continuamente, espaciados únicamente por el tiempo que se tarda en sumar a los ejemplares y hasta que el observador que se encuentra en el interior de la colonia se retira. En ningún caso se permaneció más de 30 minutos en cada una de las colonias con el objetivo de minimizar molestias.

Del cómputo global de todos los recuentos se extrae el número más alto y se considera esta cifra como el número mínimo de aves que componen la colonia reproductora.

Otra técnica empleada (con resultados satisfactorios) es el recuento desde un punto elevado (en lo posible) de las aves que permanecen echadas en el suelo, tanto aves posadas como aves que incuban.

En ambos casos se recogieron datos para elaborar el índice de comparecencia de aves (Tellería, 1986) según horas y momento de la reproducción; aún no se dispone de datos suficientes, pero como ya se afirma, este parece máximo en las horas centrales del día; y también en las primeras fases de la reproducción. Este y otros puntos metodológicos se intentarán ajustar en años posteriores.

Para la realización de este tipo de censo se consideraron óptimos los días soleados, utilizando las horas centrales del día, cuando la temperatura incide en la actividad de las aves, las cuales no se mueven de la colonia y resulta sencillo su recuento. Este método fue efectivo en colonias pequeñas (ya que en las grandes, las aves a veces muy dispersas y alejadas no se podían localizar, debido a la calima que produce el sol y que se acentúa considerablemente con el uso de instrumentos ópticos.

La totalidad de las áreas prospectadas fueron anotadas en cartografía 1:200.000 (IGN) y 1:50.000 (SGE), cuadrícula UTM 10x10 km.

Se han considerado como colonias reproductoras las zonas en las cuales las aves mostraban síntomas característicos de encontrarse en alguna fase de la reproducción (incubación, aves nerviosas revoloteando sobre el observador, típico display fingiendo en el suelo estar heridas, etc).

Se consideraron como posibles colonias reproductoras las observaciones de aves aisladas, cuando estas se encontraban posadas en zonas adecuadas y con síntomas de estar asentadas en la zona.

El censo ha supuesto la prospección de 211 cuadrículas consideradas propicias para el asentamiento de la especie; empleándose más de 850 horas de trabajo de campo, recorriendo un total superior a 6.500 km de carreteras, pistas y campo abierto (riberas, cultivos y zonas húmedas).

Fue denegado a este equipo el acceso a las lagunas privadas del Taray-Masegar (Quero-Toledo) por miembros de la guardería en reiteradas ocasiones, siendo este complejo lagunar ocupado en años anteriores por la canastera. Se pidió a miembros de la guardería que facilitaran permisos, sin éxito; se optó por recurrir a la junta de comunidades de Castilla-La Mancha (ver anexo II) a fin de lograr los permisos que concede la Fundación José María Blanc (dueños de las lagunas) pero tampoco se consiguieron. Finalmente se prospectó la zona a distancia no pudiendo constatar presencia de la especie. No se descarta que una pequeña colonia pudiera pasar desapercibida.

En lo referente a la población de canastera que ocupa el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, fue denegado el acceso al interior del parque a fin de no interferir en la población de aves nidificantes. Se llegó a un acuerdo con la dirección del espacio para conocer el censo de canasteras en la zona protegida, si bien los datos nos fueron remitidos con cierto retraso, por lo que no entraron a formar parte del análisis global, pero sí se incluyen los mismos en el capítulo de resultados. Por el contrario la zona del pre-parque sí fue muestreada por este equipo de trabajo, localizando una colonia reproductora.

La cobertura del censo pese a lo anteriormente expuesto es considerada como buena.

 

RESULTADOS

En el presente estudio, hemos podido constatar cómo las aves entran a formar parte de la colonia de forma escalonada, coincidiendo ejemplares que alimentan a pollos semiemplumados con otros que comienzan las tareas de incubación, siendo en la primera quincena de junio cuando se localizan las mayores concentraciones de aves reproductoras. Es decir, que existe un claro desfase fenológico en la reproducción de las distintas parejas.

Se han localizado un total de 14 colonias reproductoras distintas, en 7 términos municipales castellano-manchegos. La población únicamente se localiza en las provincias de Toledo y Ciudad Real; faltando al parecer actualmente en Cuenca, donde Martínez Vilalta (1991) la citaba como nidificante, y hay datos propios de la nidificación en Manjavacas, aunque Carmena y Pereira (1983) no la citan en esa laguna; también falta en Albacete.

 

 

Gráfica 1: Número de canasteras que forman la colonia en distintas fechas del periodo de reproducción. Los datos corresponden a la colonia nº 1 (Villacañas) de Toledo.  

Algunas de las colonias recogidas en el presente estudio eran conocidas con anterioridad por miembros del equipo de trabajo, lo que supuso el 24,2% de la totalidad de las localizadas.

Únicamente se localiza una colonia (nº 4) gracias a antecedentes bibliográficos publicados. En el resto de localidades citadas en bibliografía no se dieron indicios de cría en 1997.

La población estimada en el presente estudio es de 149-165 parejas, lo que supone un incremento de entre 57 y 73 parejas con respecto al censo de 1989, suponiendo un aumento de entre un 61,95%-79,34%. Esta cifra se corresponde aproximadamente a un 3.96%-4,32% de la población ibérica, estimada entre 3761-3815 parejas (Martínez Vilalta, 1991).

Ya en una fase tardía se obtuvieron citas de años anteriores de cría en la cola del embalse del Vicario (Ciudad Real) (Equipo de trabajo del P.N. de la Tablas de Daimiel, Ministerio de Medio Ambiente) y embalse de Gasset (C. Real) (M. Gómez, com. Pers.) que no han podido ser confirmadas en 1997.

El contingente reproductor localizado en Toledo se sitúa en torno a las 42-50 parejas. Si contrastamos estos resultados con los obtenidos en 1989, comprobamos una disminución en esta provincia de 25-33 parejas; y las parejas localizadas en Ciudad Real dan una cifra estimada en 107-115 parejas, lo que supone un incremento de 93-101 parejas, todo ello respecto a Martínez Vilalta (1991).

La altura media de las colonias sobre el nivel del mar fue de 634,7 m con una altura mínima de 585 m y máxima de 663 m.

La densidad media de la especie por provicnias es en Toledo de 0,0027-0,0032 parejas/km2 y en Ciudad Real de 0,0054-0,0058 parejas/km2.

La densidad de colonias de canastera es de 0,039 colonias/100 km2 en Toledo y 0,0405 colonias/100 km2 en Ciudad Real.

Para las colonias estudiadas en Toledo y en Ciudad Real observamos la mayor densidad de colonias (100 km2 en la franja de altitud comprendida entre 600-650 m (0,0284 colonias/100 km2) seguida por las altitudes de 650-700 m (0,0085 colonias/100 km2) y por útlimo en la franja más baja de altitud (550-600 m) apreciamos una notable disminución (0,0028 colonias/100 km2).

El tamaño medio de las colonias se sitúa en torno a 10,42-11,71 parejas/colonia. Como dato interesante Sánchez et al. (1993) localizan una colonia de 62 nidos en el embalse del Zújar (Badajoz), de un total de 82 nidos localizados en su área de estudio.

En lo relativo a la distancia al agua se han obtenido diferentes cifras. Las más cercanas corresponden a las ubicadas en áreas encharcadas o tablas con una media de 1 m. La más alejada se situó a 1.500m del río Guadiana. La distancia media al agua, seleccionando únicamente las colonias que no se sitúan en tablas o zonas encharcadas y que corresponden a barbechos o cultivos, fue de 353,5 m (n= 8).

 

COLONIA TERMINO MUNICIPAL Nº MAPA Nº PAREJAS
1 Villacañas (TO) 687 14-16
2 Alcázar de San Juán (CR) 783 26-28
3 Ciudad Real (CR) 784 4-5
4 Las Casas (CR) 759 31-32
5 Ciudad Real (CR) 784 3
6 Villafranca de los Caballeros (TO) 713 12-15
7 Villafranca de los Caballeros (TO) 713 7-8
8 Alcázar de San Juán (CR) 738 10
9 Campo de Criptana (CR) 739 20-25
10 Daimiel (CR) 760 5
11 Alcázar de San Juán (CR) 738 5-6
12 Villacañas (TO) 687 5-6
13 Villacañas (TO) 687 2
14 Villafranca de los Caballeros (TO) 713 2-3

Tabla 1. Catalogación de las colonias de canastera en La Mancha. La referencia de mapa corresponde al 1:50.000 del SGE.

Términos municipales 1989 1997
Villacañas (TO) 10 21-24
Quero (TO) 40 0
Villafranca de los Caballeros (TO) 0 21-26
Alcázar de San Juán (CR) 14 41-44
Campo de Criptana (CR) 0 20-25
Daimiel (CR) 0 5
Las Casas (CR) - 31-32
Ciudad Real (CR) 1 10-12
Mota del Cuervo (CU) 2 0

Tabla 2. Tabla comparando los resultados del nº de parejas por términos municipales. Los datos de 1989 corresponden a Martínez Vilalta (1991).

 

Mapa 2. Localización de las colonias de cría de canastera (Glareola pratincola) en la provincia de Toledo en cuadrículas UTM 10x10 km.

 

Mapa 3. Localización de las colonias de cría de canastera (Glareola pratincola) en la provincia de Ciudad Real en cuadrículas UTM 10x10 km.

 

 

ESPECIES ASOCIADAS

En las colonias estudiadas se observaron una serie de aves asociadas a la canastera, siendo éstas: (a) aves de paso; (b) nidificantes en la misma colonia y (c) aves nidificantes en las inmediaciones de las colonias.

Dependiendo del hábitat seleccionado, se observaron aves acuáticas en los humedales y aves de carácter estepario en cultivos de interior. Se observaron también grupos de canasteras capturando insectos al vuelo en compañía de vencejos (Apus apus). En total se observaron 38 especies distintas.

Parece claro que los requerimientos de hábitat son muy similares a los del alcaraván (en barbechos) y avefría, cigüeñuela y chorlitejo patinegro (en zonas inundables), que son las principales especies asociadas. Calvo (    ), cita al chorlitejo patinegro, cigüeñuela, alcaraván y alondra, como especies que crían en terrenos similares.

 

 

Especie   Nº de colonias en que aparece
Bubulcus ibis    NI   1  
Egretta garzetta     NI 2
Tadorna tadorna   NI 2
Anas platyrhynchos    NI 2
Circus aeruginosus    NI 1
Coturnix coturnix     NI 3
Alectoris rufa   N 2
Fulica atra    NI 3
Gallinula chloropus     NI 4
Himantopus himantopus        N (9)
Recurvirostra avosetta         NI 4
Burhinus oedicnemus       N (5)
Charadrius dubius   P 2
Charadrius hiaticula      P 3
Charadrius alexandricus      N (5)
Charadrius morinellus       P 1
Pluvialis apricaria        P 1
Vanellus vanellus    N (7)
Philomachus pugnax      P 1
Limosa limosa       P 2
Tringa totanus    N (5)
Actitis hypoleucos    P 3
Larus ridibundus     NI 1
Gelochelidon nilotica    NI 1
Chlidonias hybrida      NI 2
Chlidonis niger     P 1
Pterocles orientalis   N 1
Pterocles alchata      N 1
Melanocorypha calandra   N 1
Calandrella brachydactyla   N 1
Galerida cristata         N 2
Alauda arvensis            N 1
Anthus campestris        N 1
Motacilla flava        N 3

Oenanthe oenanthe    

N 1
Cisticola juncidis   NI 2
Sturnus vulgaris          NI 1
Carduelis cannabina       N 1
Miliaria calandra       N 3

Tabla 3. Especies asociadas a las colonias de cría de canastera. N: nidificante, NI: nidificante en su proximidad, P: en paso. ( ): especies más fuertemente asociadas.

 

 

SELECCIÓN DE HÁBITATS DE CRÍA

En base a los diferentes parámetros y características del hábitat observadas en la ubicación de las colonias, éstas se han clasificado en cuatro grupos: barbechos, cultivos de regadío, cultivos de secano y humedales.

   

Gráfica 2. Número de colonias de cría de canastera en los distintos hábitats. B1: barbecho arado, B2: barbecho arado con restos de vegetación seca en el sustrato, B3: barbecho con vegetación silvestre, CR: cultivo de remolacha, CG: cultivo de guisantes, CM. Cultivo de maíz, ZH: zona húmeda.

 

 

Gráfica 3: Ocupación de los hábitats por las canasteras expresado en % de total de las colonias.

 

 

Barbechos

La denominación de barbecho comprende aquellos campos de labor que no se siembran durante uno o más años. En este hábitat se concentra la mayoría de las colonias (8; 57,14% del total). Se diferencian dos tipos de barbecho: los que parecen arados sin restos vegetales y los que albergan plantas anuales, para los primeros se localizan 7 colonias y 74-85 parejas reproductoras (51,51%), en el segundo hábitat únicamente 1 colonia con 2-3 parejas (1,76%).

 

Cultivos de regadío

Se han considerado cultivos de regadío a los terrenos en los que, debido a las características del mismo, requieren una serie de riegos (por aspersión) a lo largo de todo el ciclo. Este tipo de biotopo es colonizado por las canasteras cuando aún no se han desarrollado plantas; creciendo éstas paralelamente a la reproducción de la canastera. Se localizan dos colonias asentadas en este hábitat; en cultivo de maíz y remolacha. El número de parejas asciende a 41-42 (24,7%). Anteriormente ya existían datos referentes al asentamiento en cultivos de remolacha (Jiménez, 1992).

Resulta anecdótica la ubicación de las colonias en este tipo de cultivos, y no parece haber selección de éstos por parte de la canastera. Más bien seleccionan estos terrenos en base a unas características iniciales diferentes, como es la ausencia de vegetación y terrenos allanados, independientemente del uso que se le de posteriormente a los terrenos. Señalar que estos cultivos comienzan a sembrarse justo en el momento en que las aves llegan a la península Ibérica. Calvo (    ) cita la remolacha y cereales entre los cultivos que impiden el asentamiento de canasteras.

 

Cultivo de secano

En el área de estudio se localizan diversos cultivos de secano (cereal, lino, girasol, etc). Si bien se encontraban en áreas favorables no se observaron colonias, casi con seguridad debido a la cobertura de los mismos. En anteriores seguimientos (llevados a cabo pasados años por miembros de este equipo de trabajo) se comprobó cómo un cultivo de girasol produjo un desplazamiento de las aves que con anterioridad utilizaban estos terrenos para criar. Sin embargo, Calvo (    ) cita la posibilidad de asentamiento en campos de girasol poco densos entre marzo y abril.

Únicamente se localiza una colonia en cultivo de guisantes, este cultivo de bajo porte permite el asentamiento de la especie. El total de parejas reproductoras es de 12-15 (8,82%).

 

Humedales

Comprenden las zonas con afloramientos del nivel freático y las originadas a partir del desbordamiento de varios cauces fluviales lo que produce encharcamiento de las vegas o cultivos adyacentes. Buena muestra de este tipo de hábitat lo componen las Tablas de Daimiel (Ciudad Real), formando en la confluencia de los ríos Cigüela y Guadiana. En este biotopo seleccionaron la zona más cercana al agua, así como islas.

Se localizan en este tipo de hábitat 17-19 parejas (11,17%) del total. En la zona de protección del P.N. de las Tablas de Daimiel se localizaron 5 parejas muy avanzadas en la reproducción.

Posteriormente la dirección del P. N. De las Tablas de Daimiel (Ministerio de Medio Ambiente) nos comunicó que durante el presente año debido a los elevados niveles hídricos del parque no se ha constatado la cría de canasteras dentro de los límites del espacio protegido.

Sin embargo, en el tramo del cauce del Guadiana comprendido entre el molino de Molemocho y el molino de Griñón (Zona de Protección del Parque Nacional, aguas arriba de éste), sí se observó la nidificación de un grupo estimado entre 15 y 20 parejas, que utilizaron algunas de las islas existentes en este tramo que se mantuvo inundado de forma excepcional durante la pasada temporada de cría.

Los datos aportados sobre la cría de la canastera en distintas áreas del Parque Nacional son los siguientes:

	Año 1983             11  parejas nidificantes
 	Año 1988              8  parejas nidificantes
	Año 1990            7-8  parejas nidificantes
	Año 1996          27-30	 parejas nidificantes

En eriales (tierras o campos sin cultivar) no se localizó ninguna colonia de cría.

REQUERIMIENTOS ECOLOGICOS PARA EL ASENTAMIENTO DE COLONIAS DE CANASTERA

Como se ha podido constatar en el presente estudio, las colonias localizadas, están situadas en terrenos llanos en mayor o en menor medida asociadas a masas de agua. Hecho relacionado en base a los requerimientos tróficos de la especie, utiliza estas zonas como cazaderos donde captura las presas al vuelo. La selección de estos hábitats es parte determinante en el asentamiento de la especie, aunque otra serie de factores influyen de cierta manera en una positiva colonización de la zona, como es la disponibilidad de áreas favorables (campos de cultivo que permanezcan arados y libres de vegetación, zonas con elevada salinidad y que imposibilitan el asentamiento de vegetación).

Estos factores (terrenos llanos, con agua disponible cerca y sin vegetación) son también descritos por Calvo (1994), que suma la necesidad de que sea un suelo seco y no haya grandes perturbaciones. Estos dos últimos factores se contradicen algo con nuestros resultados, pero es sumamente indicativo la total coincidencia en los principales requerimientos de hábitat, en dos regiones distintas.

En La Mancha la canastera parece mostrar una clara preferencia por aquellas zonas que antaño permanecían inundadas en invierno, producto del desbordamiento de diversos cauces fluviales, y que ahora, por las labores de canalizamiento llevadas a cabo impiden que éstos se desborden (aún en años con pluviosidad elevada). Siendo ahora éstas áreas transformadas en cultivos, con escasos beneficios para los agricultores, debido a la salinidad de los suelos; hay que recordar que los cuatro cauces fluviales con presencia de colonias (Riansares, Cigüela, Záncara y Guadiana) son de aguas salobres.

Foto: F. J. Tajuelo

 

Cuando el hábitat desaparece, muchas aves asociadas (cigüeñuelas, avefrías, anátidas, etc) también lo hacen, excepto en años de precipitacioens elavadas, quedando únicamente como nidificante la canastera.

Calvo ( ) hace notar que en el suroeste de España, un 97% de los cultivos en donde hay colonias de canasteras actualmente, eran zonas de marismas a principio de siglo, afirmando que a pesar de las transformaciones de hábitat, las canasteras vuelven a criar en los mismos terrenos, aunque algunas colonias los abandonan finalmente.

La canastera, independientemente del uso que se dé a los terrenos, parece colonizarlos año tras año (siendo aparentemente el único factor limitante a la elevada cobertura vegetal) siempre que las condiciones descritas continúen.

Se ha podido comprobar cómo una colonia estudiada por miembros de este quipo años anteriores, no aparece reflejada en el presente estudio, debido a la alta cobertura de hierba (por las intensas lluvias caídas esta temporada 1996/97).

Por otro lado, una de las colonias incluídas en el censo se forma aparentemente este año, debido a las citadas lluvias producidas este pasado invierno. En los años anteriores presentaba elevada vegetación compuesta en su mayor parte por hierbas anuales (Avena sp.) principalmente así como juncos (Juncus sp.). La acción del agua elimina a la gran mayoría de estas plantas. La canastera coloniza la zona cuando el nivel freático baja.

La colonización de áreas inundadas por la canastera cuando el nivel freático disminuye se ha observado en diversos puntos de la geografía peninsular (Pérez Chiscano, 1965; Dolz, 1989).

Otras colonias que aparecen en el censo de 1989, en el presente no se localizaron debido al escaso nivel actual de algunas de las lagunas.

Como conclusión, parece claro que si alguna de las zona en las que normalmente se forman colonias reproductoras no presenta alguna de las condiciones ya descritas es abandonada por las aves, y éstas seleccionan otras áreas favorables.


FACTORES NEGATIVOS PARA LA ESPECIE

Varios factores de carácter no natural, pueden haber influido de manera negativa en las poblaciones de canasteras estudiadas.

Se aportan los datos más significativos referentes a diversas causas observadas, clasificándolas en los siguientes grupos: destrucción del hábitat, caza, contaminación, predación, atropellos, molestias, tendidos eléctricos, vallas, laboreo agrícola y pastoreo.


LABOREO AGRÍCOLA

Como se ha puesto de manifiesto en diversos estudios sobre el impacto que produce el laboreo agrícola sobre las poblaciones de aves nidificantes en estos medios (Tajuelo, 1993), consideramos que estas prácticas realizadas en época reproductora, son devastadoras para las actuales poblaciones de canastera en Castilla-La Mancha.

Un elevado número de colonias estudiadas (11), se asentaron en campos de cultivo en activo y barbechos no exentos de cualquier tipo de práctica agrícola (arado, abonado desde tractor, etc), produciéndose pérdidas por esta causa en al menos 3 colonias, por destrucción directa de nidos y por las perturbaciones o molestias tan intensas causadas por esta actividad.

La primera cita bibliográfica referente al labrado de campos agrícolas que albergan colonias de canastera la encontramos en Maluquer (1971); este autor aporta datos referentes a una colonia localizada en el Delta del Ebro (Tarragona) y que se pierde con el arado de la misma.

Otros autores aportan datos de colonias que causan bajas por este tipo de prácticas en diversas zonas de la geografía peninsular; Sevilla: Calvo (1994); Valencia: Dolz (1989) y Toledo: Tajuelo (1993, 1995).

Se ha constatado una clara selección por parte de la canastera de cultivos en periodo de barbecho. La colonización de los mismos además de cultivos propiamente dichos, en 1997 ha sido de 129-145 parejas frente a las 17-19 que lo hacen en áreas húmedas naturales, lo cual da una idea de la importancia de tomar medidas de conservación.

Se recomienda un retraso o la suspensión del arado de los cultivos o barbechos que albergan colonias. Calvo ( ) recomienda atrasar la actividad de los tractores en campos de algodón que albergan colonias en el suroeste de la península Ibérica, así como dejar en barbecho o no sembrar ciertos cultivos en terrenos que albergan canasteras, controlando el crecimiento de la vegetación.


DEPREDACION

Perros

En 8 colonias se detectaron huellas recientes de perros. No se disponen de datos acerca de la depredación de pollos o nidadas. Esto estaría motivado por la dificultad en su detección. Calvo (1994) cita pérdidas producidas por perros a pollos de canastera.

Esta es una causa de mortalidad quizá importante y escasamente estudiada en aves que nidifcan en el suelo; algunos estudios (Yanes y Suárez, 1996) aportan datos de mortalidades en nido sobre poblaciones de aláudidos, asimismo, se están recopilando datos de estas mortalidades dentro del proyecto Mortalidad No Natural de Vertebrados promovido por la Sociedad para la Conservación de los Vertebrados (SCV), que cuenta con numerosas observaciones para distintas especies de zonas húmedas. Los resultados del citado estudio aportarán sin duda valiosa información sobre esta causa de mortalidad.

En una de las colonias (nº 1) se aprecian molestias que se podrían considerar graves. Estas molestias ocasionan una excitación de las aves que provoca el abandono de pollos y nidadas por estancias porlongadas. Las molestias son ocasionadas por los perros que acompañan a un rebaño de ovejas. Estos acosan a las aves dentro de la colonia mientras el ganado pace en los alrededores.

Otras molestias son producidas por perros acompañados de sus dueños. Estos acceden al entorno de la colonia a entrenar galgos que corren entre las aves nerviosas.

Una medida correctora cada vez más empleada es el cercado con valla metálica de lagunas y humedales, para evitar el acceso de animales domésticos. Es necesario valorar mucho la situación y el tipo de vallado para evitar colisiones de las aves.

Ratas

Desconocemos por completo si las ratas produjeron bajas en las colonias localizadas. Calvo (1994) cita a estas como causantes de bajas y recomienda su control. En el estudio estuvieron presentes al menos en dos colonias, una de ellas en cultivo de remolacha.


MOLESTIAS DE ORIGEN HUMANO

Consideramos molestias de origen humano a las producidas por ronitólogos, paseantes, agricultores, etc, en el interior o alrededores de la colonia.

Este tipo de molestias estuvieron en 1997 presentes en todas las colonias debido al método de censo empleado. Estas molestias, producidas por nuestro equipo, estarían englobadas dentro de las categorías de leves (ver capítulo de metodología).

Se han conocido casos de muchos aficionados y ornitólogos que acceden a colonias y sus inmediaciones, pero sin poder cuantificarlas. Los censos desde avioneta, unidos al acceso a nidos, con manejos de huevos, realizados por Sánchez et al. (1993) en Badajoz, pudieron tener que ver con el fracaso reproductivo de todas las parejas localizadas que citan (ningún nido sacó adelante pollos).

Otras molestias observadas en el presente estudio, fueron llevadas a cabo por pescadores de cangrejos (4 colonias), agricultores (10 colonias) y paseantes (6 colonias). En una ocasión se localizó un presunto ornitólogo provisto de prismáticos observando a las aves y acompañado de un perro en el interior de la colonia.


TENDIDOS ELÉCTRICOS

Este es un factor poco determinante en la elección de los terrenos en los que ubican la colonia, en 4 colonias éstos se sitúan dentro de los territorios de caza. En una de las colonias (nº 3) se localiza un gran tendido justo encima de la misma, pero si bien éstos pudieron ocasionar alguna pérdida producto de la colisión con los cables, no se pudo recorrer ningún tendido a fin de constatar bajas.


VALLADOS

Localizamos vallas en el entorno de 3 colonias, lo cual no parece influir en la elección de zonas valladas o no. Sí se observa a las aves sortearlas en vuelo, sobrevolándolas por encima.


PISOTEO POR GANADO

No se han obtenido datos de pérdidas de puestas para canastera, pero si en cambio para una especie asociada com es la avefría (datos propios de la SCV). Sin embargo en una colonia de Daimiel, en unas islas en la que están pastando ovejas, hasta que éstas no abandonaron la zona, no empezaron a llegar los adultos de canastera a cebar a los pollos.


ATROPELLOS

Se ha localizado un adulto atropellado en las inmediaciones de la colonia de Las Casas (Ciudad Real); posteriores muestreos en esa zona han dado resultados negativos, lo cual no hace descartar la posibilidad de nuevas bajas por esta causa.

En Palomo (1992) se recogen 5 atropellos de canastera, correspondientes a un camino sin asfaltar, considerado como punto negro a nivel estatal en lo relativo a atropellos: Prat de Cabnes-Torreblanca, en Castellón (APNAL, 1993).


DESTRUCCIÓN DEL HÁBITAT

Ya se ha hablado de este importantísimo problema. Calvo ( ) lo destaca como la principal problemática de conservación. Por ello, la principal medida conservacionista sería garantizar el mantenimiento del hábitat actual, si es posible mejorándolo mediante actuaciones programadas, en base a las conclusiones de este y otros estudios.


EQUIPO DE TRABAJO

Agradecimientos


BIBLIOGRAFÍA

· Calvo, B.; Máñez, M. y Alberto, J. 1993. The collared pratincole Glareola pratincola in the National Park of Doñana, Souh West Spain. Wader Study Group Bolletin, 67: 81-87.
· Calvo, B. 1994a. Medidas para conservar el hábitat de reproducción de la canastera. Quercus, 106: 10-14.
· Calvo, B. 1994b. Effects of agricultural landuse on the breeding of collared pratincole (Glareola pratincola) in south-west Spain. Biological Conservation, 70: 77-83.
· Carmena, A. y Pereira, P. 1983. Avifauna nidificante en la laguna de Manjavacas (Cuenca). Alytes, 1: 159-170.
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· González, F. 1992. Los paisajes del agua: terminología popular de los humedales. J. M. Reyero Editor. Madrid.
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· Jiménez, J.; Del Moral, A.; Morillo, C. Sánchez, M. J. 1992. Las aves del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y otros humedales manchegos. Lynx Edicions. Barcelona.
· De Lope, F. 1983. La avifauna de las vegas bajas del Guadiana. Doñana, Acta Vertebrata, 10(1): 91-121.
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· Maluquer, S. 1971. La avifauna del delta del Ebro en primavera-verano. Ardeola, vol. especial: 191-319.
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· Tellería, J. L. 1986. Manual para el censo de vertebrados terrestres. Raíces. Santander.
· Yanes, M. y Suárez, F. 1996. Mortalidad en nido y viabilidad poblacional de aláudidos. Ardeola, 43: 57-68.

 

Para citar este trabajo:

SCV (2003). Censo de las colonias nidificantes de Canastera (Glareola pratincola) en la zona de La Mancha. 1997. Consultado en mes / año: http://es.geocities.com/scv_conservacion/canastera/canastera.html


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